Diez años sin Medardo, increíble, parece ayer, aunque sea una frase que suene común, aún hoy cuando voy al Club y en soledad pienso que debe estar por ahí en algún rincón, con el mate a cuesta, recorriendo las instalaciones, supervisando lo que fue el sueño de su vida, que el paracaidista tenga su lugar propio, sin depender de estado de ánimo del presidente de turno, que lo  tenia para hacer su función de fin de semana, y nada mas, me convenzo que si, está latente su espíritu en cada salto de fin de semana que hacen los chicos que nos visitan de diferentes puntos del país y siguen haciendo grande esta Institución.
 Gracias por todo y que en paz descanses, hermano.Tu sueño se cumplió.